El estrés del agua quiere decir sequía y desertificación. Significa que en el futuro, a nuestra lista de preocupaciones, se añadirá la falta de agua. Pero también el exceso: inundaciones y crecidas de ríos. Es la expresión que utiliza la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA) para calificar lo que va a sufrir en las próximas décadas España y todos los países de la cuenca del Mediterráneo.

Fuente: El País
La Unión Europea ha publicado un informe llamado Impactos del cambio climático en Europa que especifica las convulsiones que vivirá el viejo continente por el calentamiento global. El estudio analiza la cantidad del agua que el hombre ha necesitado entre 1975 y 2006 y, por otro lado, muestra la evidencia de que las lluvias serán muy intermitentes en Europa. Lloverá poco y se necesitará más agua. "En el mismo período ha habido un significativo incremento en la demanda de agua en España (entre el 50% y el 70%) y en las áreas mediterráneas", asevera el informe. Y las predicciones de futuro van en línea ascendente. "La demanda crecerá cada vez más, especialmente en el sur donde la necesidad de agua para la agricultura es mayor. Con ella, se desarrollará una competición por este bien entre los distintos sectores (turismo, agricultura, energía) y usos".
En promedio, la exigencia de agua en todos los países de Europa ha crecido al rededor de 50 milímetros cúbicos por hectárea al año pero, en algunos casos como en el centro de España, Italia, Grecia, el Magreb, el sur de Francia y Alemania la cifra oscila entre 150 y 200 metros cúbicos por hectárea al año. Y, como se prevé que las lluvias, se reducirán se necesitará regar más. Por eso la falta de agua causará un impacto negativo tanto en términos económicos como en ecológicos. Además, en el Mediterráneo se ha observado un creciente déficit del agua en los últimos 32 años.
Aunque el informe vaticina desertización para España, el estudio tampoco nos libra de los desbordamientos de los ríos. Habrá un incremento porque la alternancia entre períodos de sequía y precipitaciones torrenciales hace a España más propensa a estas inundaciones. Para 2080 pronostica que entre 2000 y 4000 personas se verán afectadas por las inundaciones en las zonas costeras por la subida del nivel del mar en Andalucía, Galicia, las Islas Baleares y Asturias. La región más afectada será el País Vasco: entre 4000 y 8000 personas podrán ser víctimas de la subida del mar. Países como Reino Unido, Sicilia o Grecia podrán ver afectada a gran parte de su población (entre 8000 y 50.000 personas). El planeta ya está experimentando una subida de las temperaturas de 0,8 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales y el nivel del mar ha crecido 3,1 milímetros al año en los últimos 15 años.
Para mitigar todos estos problemas el informe apuesta tanto por la reducción del CO2 como por la adaptación a las consecuencias del cambio que ya no se pueden remediar. "El 90% de todos los desastres que han sucedido en Europa desde 1980 están directa o indirectamente relacionados con el clima y representan el 95% de las pérdidas económicas causadas por catástrofes", señala el informe.
Para evitar estas pérdidas se pone tres metas: la primera, una mayor vigilancia, monitorización y estudio de los cambios a nivel internacional; la segunda, estabilizar el clima para 2020 por debajo de los dos grados centígrados con respecto a los niveles pre industriales "para evitar consecuencias irreversibles en la sociedad y en los ecosistemas". Por último, hace hincapié en la adaptación.
Afirma que uno de los grandes retos de España de todo el Mediterráneo en adaptación es la diversificación del turismo en otros sectores. El estudio asegura que la subida de la temperatura hará marcharse a los turistas más al norte, en busca del mismo clima que antes se gozaba en España. Por eso, para no perder dinero, será imprescindible invertir en otros sectores.


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