Datos de la Agencia de Investigaciones Geológicas del Departamento del Interior de EU revelaron, que en el 2004, la industria del cemento mexicano alcanzó “un nivel sin precedentes” ante la producción de 35 millones de toneladas, mientras que en el 2006, la producción aumentó a 40 millones. Por lo anterior se hace evidente, que cada año, no sólo aumenta la producción cementera, sino también el impacto ambiental que provoca dicha manufactura.
Y es que existen alrededor de 30 plantas cementeras ubicadas a lo largo y ancho del país, siendo los dos consorcios cementeros más grandes Cementos de México (CEMEX) y Cementos Apasco, por encima de Cruz Azul, Moctezuma y Cementos de Chihuahua.
Los expertos aseguran que en la atmosfera se ha elevado la presencia natural del dióxido de carbono (CO2), debido a las actividades humanas antropogénicas, es decir de manera no natural, donde la primera fuente productora del CO2 es la quema de combustible, la segunda es la manufactura del cemento y la tercera es el cambio en uso de suelos (principalmente deforestación).
El CO2, es el gas principal de muchos otros, que provoca el aumento del efecto invernadero natural, lo cual incide en el cambio climático como el calentamiento global, el cual ocurre, según la IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change), “debido a que la luz solar penetra desde el espacio exterior, choca contra la superficie del planeta, se convierte en calor y luego es irradiada de regreso hacia el espacio exterior”.
“Una parte del calor no puede escapar porque es reflejada nuevamente hacia la Tierra por los gases que producen el invernadero. Estos gases, vapor de agua, dióxido de carbono y metano permiten que la luz pase pero impiden que el calor salga, simulando así un invernadero, y por ende calentamiento”.
Ante tal incremento, ocurren grandes cambios en el clima mundial (los cuales resultan cada vez más impredecibles), pues aparte de que en las regiones se registran alteraciones en las temperaturas, cambio de regímenes de lluvia, en la agricultura, también aumenta la desertificación y la descongelación de los casquetes polares, que a su vez elevan el nivel del mar que inunda zonas costeras y continentales en todo el mundo.
En tanto, los principales productores del CO2 son E. U. A con un 24%, China con el 13%, Rusia en un 7% y Japón con un 5.3%. México emite un 1.5%.
Pero, también debemos autoanalizarnos para saber de qué manera contribuimos para mejorar la calidad de vida de la humanidad, pues recordemos que cada persona tiene una “huella ecológica” (impacto de una persona, ciudad o país, sobre la Tierra, para satisfacer lo que consume y para absorber sus residuos).
Entonces, si somos de los que utilizamos el automóvil diario, empleamos demasiados aparatos eléctricos, utilizamos mucho el plástico, producimos mucha basura, entre otras actividades, seguramente nuestra huella ecológica incidirá gravemente en el ambiente


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